domingo, 21 de febrero de 2010

Islamofascismo: Muhammad abd al-Salaam Faraj

Y este tío ¿Quién es? Pues a pesar de ser desconocido ahora, fue un auténtico personaje: fundador del grupo Jama'at al-Jihad, ni más ni menos que los que se cargaron a Sadat en el 81 y por lo que fue ejecutado en abril del 82 (creo que es el de la foto).

Escribió el libro "El deber olvidado" (Al Farida al Ghaiba - The Neglected Obligation/Forgotten Duty/Missing Commandment) en el que sistematizó concepciones que luego compartirían muchos grupos terroristas.

El deber al que se refiere es la yihad y en su libro prioriza la lucha contra los gobiernos de los paises musulmanes (enemigo cercano) frente a Israel y los paises occidentales (enemigo lejano).

Siguiendo al Qutb consideraba que las sociedades musulmanas habían caido en jahiliyyah (es decir ignorancia de la voluntad o del mandato divino), pero como su libro se publicó de forma clandestina (las FCSE egipcias encontraron ejemplares tras los registros que siguieron al asesinato de Sadat) fue más lejos que Qutb o cualquier otro. Responsabilizó a los gobiernos (igual que Qutb), pero los consideró culpables de apostasía. En consecuencia, y de acuerdo con la tradición musulmana, eran reos de pena de muerte. Su tesis es que tras la desaparición del Califato turco, los musulmanes se rigen por las leyes de los hombres, no por las de Dios. Por lo tanto es deber de todos musulmanes restablecer el estado islámico, y como la única manera de lograrlo es a través de la yihad, ésta es también un deber.

Justificaba el que la yihad se dirigiera en primer lugar contra los gobiernos musulmanes en el hecho de que si liberaban Jerusalen se verían reforzados y sería hacerles el juego e ir contra el Islam.

Puesto que el enemigo está dentro, la yihad se convierte en un deber individual, como puede ser el Ramadán, para el que no se necesita permiso. De éste modo sorteaba el permiso paterno (puesto que los padres son una figura muy respetada en el Islam), algo que sería complicado si la yihad iba contra el propio gobierno.

Con él se pasa de la yihad clásica a la terrorista. Negando legitimidad a los gobernantes, llama a todos los fieles a luchar por una autoridad islámica legítima, por el verdadero Islam. Aunque no dio el paso que dieron otros hacia atentados masivos e indiscriminados.

Otro día más.

Hasta otra.

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