domingo, 31 de agosto de 2008

La Leyenda del Indomable II. No nos rendiremos Jamás

La familia de aquel joven estaba realmente preocupada. Daba la impresión de que llevaba exactamente el camino de otros muchos petimetres de alta sociedad que se dedicaban a vivir de sus familiares serios y trabajadores. Por eso se habían alegrado de su admisión en la Academia Militar. A ver si ahí se hacía un hombre de provecho. Pero ni por esas. Si habían tenido que usar parte de sus influencias para que lo admitieran, el resto las tuvieron que usar para que no lo echaran. Nada hacía presagiar que, andando el tiempo, sería uno de los estadistas más importantes del siglo XX y Premio Nobel de Literatura en 1953. Que también sería la última persona en su país al que se le ofreciera un título de nobleza hereditario (al que renunció) y que en sus funerales en 1965, se le rendirían honores de Jefe de Estado, y asistirían representantes de más de 100 paises, una reunión que no fue superada hasta los funerales de Juan Pablo II. El joven era Winston Churchill.


Nacido el 30 de Noviembre de 1874 en la casa familiar de Blenheim Palace de Woodstock en Oxfordshire. La casa había sido un regalo a John Churchill, Primer Duque de Marlborough por su intervención en la Batalla de Blenheim, por lo que el joven pertenecía a una de las más linajudas familias de Gran Bretaña. El joven Churchill fue enviado por sus padres al colegio de St George en el que no llegó a encajar por lo que lo enviaron a otro más pequeño en Brighton. Luego fue enviado a Harrow donde siguió siendo un rebelde y ciertamente cosechó un pésimo expediente. Fué este expediente el que lo llevó a la carrera militar. Una vez graduado acabó en la India con su Regimiento, el 4º de Húsares, dónde una lesión y seguramente la escasa confianza en su capacidad táctica y de liderazgo parte de sus jefes (qué gran visión...) hizo que se le nombrara corresponsal de la Fuerza en Campaña de Malakaland. Y ahí empezó lo bueno. Sus artículos fueron publicados por el Daily Telegraph y alcanzó una cierta notoriedad, que se vio incrementada al publicarlos en forma de libro. Animado Churchill firmó un contrato con el The Morning Post y marchó al Sudan junto al 21º de Lanceros. Y el éxito siguió: escribió "La Guerra del Nilo". Luego marchó a Sudafrica donde fue capturado por los Boer, logró fugarse y fue recibido como un héroe. Gracias a la fama lograda consiguió ganar su escaño en el Parlamento y a partir de ese momento se dedicó de lleno a la política.
Su vida política tuvo altibajos varios, pero lo que interesa es que siempre actuó de acuerdo a sus convicciones. Liberal, patriota y, en cierto modo, filántropo. Su estancia en los ministerios de trabajo e interior significaron enormes mejoras, pero siempre con el respeto a la ley por encima de todo. Cuando Hitler llegó al poder, clamó en solitario por el peligro que suponía para Gran Bretaña y para el mundo. Cuando Chamberlain vendió a Checoslovaquia, fue la única voz en Gran Bretaña y occidente que protestó ("Habeís elegido entre el deshonor y la guerra. Tendréis el deshonor, y además la guerra"). Pero la gente no quería escucharle. Escuchaban más a gente como Lady Astor, que dirigió los abucheos contra él en el parlamento. Para cuando quisieron darse cuenta ya era tarde. En al menos una docena de ocasiones habrían podido detener a aquel racista austríaco enloquecido. En todas ellas Churchill lo pidió. En todas lo tacharon de loco y belicista. El 1 de septiembre de 1939, apenas un año después de Munich, la guerra que se podía haber evitado y en la que miles de los que lo insultaban morirían, empezaba. El 10 de Mayo de 1940 fue nombrado Primer Ministro y el 13 pronunció su famoso discurso "blood, toil, tears, sweat" (sangre, esfuerzo, lágrimas, sudor) y el 14 de Junio otro en el que aparecía la frase del título "We shall never surrender".
La gente lo siguió, pero sólo porque no tenía más remedio. En cierto modo no se le perdonó haber tenido razón. Dos meses después de la victoria las elecciones lo desplazaron del puesto. La gente no quería ver a aquel que había visto el peligro, les había avisado y al que no le habían hecho caso hasta que fue demasiado tarde. Les recordaba su estulticia y lenidad. Y querían seguir con ella.
Aún volvería a ser Primer Ministro en 1951. Pero casi como castigo, pues sólo fue para ver como se hundía todo aquello por lo que había luchado toda su vida y por lo que seguía luchando. Pero siempre luchó y, aunque incomprendido, siempre llevó la cabeza bien alta.
Hasta la vista y a por ellos. Son pocos, cobardes y además no tienen razón.

sábado, 30 de agosto de 2008

La Caza... del Conejo

En 1966 Carlos Saura dirigió La Caza. El director contaba, que cuando le llamaron de la censura, su mayor temor era encontrarse el guión subrayado en rojo de arriba a abajo. Su sorpresa fue mayúscula cuando vio que sólo lo estaba el título. Intrigado preguntó por qué. El censor le dijo "La caza... del conejo". El estupor de Saura aumentó. No comprendía que pasaba y así se lo hizo saber al funcionario. "Hombre el conejo...". Entonces se dio cuenta de que hablaban de conejos diferentes. Saura suprimió el dichoso "del conejo" y rodó una de las más feroces críticas al franquismo del cine de la época. El censor ni se enteró, obsesionado con el sexo.
En una dictadura el manejo del lenguaje y los símbolos, para expresar el malestar, criticar o simplemente intentar hacer más llevadera la situación es fundamental. Sobre todo para no acabar encerrado. Naturalmente para ello la gente ha de tener un minimo de cultura, de vocabulario, de razonamiento... El vocabulario y los giros que se le pueden dar a las palabras es fundamental. No es cuestión de saber qué es un cuarteto de cuerda, sino saber su relación con una orquesta sinfónica (¿Qué es un cuarteto de cuerda? se pregunta un ciudadano cubano, lo que queda de la Orquesta Sinfónica de Cuba tras una gira por el extranjero, le contestan). El problema ahora es que, en muchas ocasiones no se muy bien en que idioma me hablan. Se que es algo parecido al español, salpicado con muchos "Co...", super-lo que sea, y cosas por el estilo. Para acabar de rematarlo, los grupos de moda cantan con letras que se comen la mitad de las sílabas y no hay manera de entender lo que dicen (me refiero a barrio) con lo que ya tenemos el cocktail servido. La natural vagancia a la hora de hablar unido a unos tíos que triunfan masacrando el español hacen el resto. No es que me importe su pinta de macarrillas duretas de tres al cuarto (que claro que me molesta), pero al recortar vocabulario y capacidad verbal, se restringe la capacidad de razonamiento abstracto y lógico. De esta forma es más fácil colar disparates absolutos como cuestiones razonables, y majaderías tenebrosas como si fueran cosas sin importancia. Simplemente porque la gente no tiene, porque han hecho que la pierda, capacidad para razonar. Así películas como La caza hoy no serían posibles. La gente sólo vería tíos que se matan entre sí en una cacería (ya se ve todos los días en la tele), no que esos tíos eran falangistas y que el único superviviente es, precisamente, quien no lo es, ni ha vivido la guerra. Y que es en ellos donde está la esperanza, no en el régimen, venía a decir el director aragonés.
Aunque claro, tampoco conviene que la gente piense, mientras los derechos de verdad (a la vida, a la propiedad, a pensar y a expresarse) son machacados y nos colocan otros que ni lo son, ni los hemos pedido, con el único objeto de mantenernos entretenidos.
Hasta la vista y a por ellos. Son pocos, cobardes y además no tienen razón.

viernes, 22 de agosto de 2008

La Leyenda del Indomable I

En 1967 Paul Newman protagonizó dos películas: Hombre y La Leyenda del Indomable. Menos conocidas que El Golpe, Dos Hombres y un destino o El Buscavidas, son sin embargo más interesantes en otras cuestiones. En la segunda encarna a un ciudadano cualquiera, que por una gamberrada, acaba en una prisión del Sur profundo. En ella su naturaleza rebelde le lleva a enfrentarse con el sistema, en particular con el jefe de los guardias (que no dice ni pío en toda la película, ni se le ven los ojos siempre cubiertos por unas gafas de sol, lo que le hace especialmente inquietante), casi en solitario. Sólo uno de los presos le medio sigue (papel encarnado por George Kennedy y que le valió el Oscar al mejor actor de reparto). El resto de presos no lo siguen, aunque su actitud, de un modo u otro les beneficia. Al final, tras un fuerte castigo, parece ceder para desilusión de su amigo. Pero sólo es apariencia. Se fuga y en la fuga le acompaña su camarada. El final, trágico pues lo matan, tiene un punto de esperanza. George Kennedy, en los planos finales de la película, sigue en la cadena, con su condena incrementada por el intento de fuga, pero mira al horizonte con una sonrisa y una chispa de esperanza en sus ojos. Chispa que falta en los demás, porque él sabe que es persona. Ese es el legado del Indomable. Y su tragedia.
Alexander Solzshenitsin también fue, a su modo, un indomable. Como oficial del Ejército Soviético, no tuvo mejor ocurrencia que cartearse con un camarada y discutir sobre el futuro democrático de la URSS. Los detuvieron a ambos y ambos acabaron en el Gulag. Cuando Stalin murió y fue rehabilitado (en el III tomo de Arpiélago Gulag dice con sorna que más de uno se debió de arrepentir de ello) en lugar de quedarse quieto y callado, siguió a lo suyo. Denunció al régimen, su corrupción y su ilegitimidad. Sus obras eran políticamente inconvenientes e incorrectas (lo siguen siendo) y prohibidas (aunque circulaban en forma de samizdat). Al final sacó clandestinamente su obra Archipiélago Gulag para publicarla en occidente. Desterrado y desposeido de su nacionalidad, vilipendiado por lo progres e ignorado por la "cultura" oficial. Vivió exiliado en Estados Unidos hasta que pudo volver a su patria.
¿Qué tienen que ver el y el Indomable? Todo. Ambos siguieron sus convicciónes y su conciencia. Ante una situación manifiestamente injusta y flagrantemente ilegítima no se amilanaron. La denunciaron y alzaron su voz. Ambos fueron vistos con incompresión por todos, salvo por unos pocos que les siguieron o les acompañaron en sus convicciones. Pero lo triste, en ambos casos, es que casi todo el mundo miraba para otro lado. Se ponía de perfil y procuraba seguir su vida intentado pasar desapercibido pensando que era libre; sin darse cuenta que eso mismo los transformaba en los esclavos perfectos. Al final el propio sistema absorve a los indomables o los elimina. O ambas cosas. Pero queda su leyenda. Y aquellos que la siguen y la conservan, siguen siendo personas. Seres libres que saben que con su resistencia las cosas cambiaran y un mundo, quizá un poco mejor, se logrará.
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Para los que se siguen creyendo lo del cambio climático: 2008 es el año más frío desde 2000.
Hasta la vista y a por ellos. Son pocos, cobardes y además no tienen razón.

domingo, 17 de agosto de 2008

Cosas que han pasado

La historia enseña que toda gloria es pasajera, e incluso tus enemigos se olvidan de tí. Y si no que se lo pregunten a Napoleón. Se cuenta que en una ocasión se le anunció al Rey de Inglaterra Jorge IV que un mensajero deseaba ser recibido. "Que entre" respondió. Entró el hombre, se envaró consciente de la solemnidad del momento y dijo: "Majestad, Vuestro peor Enemigo ha muerto.". Jorge IV dió un respingo y con una expresión entre sorprendida y alegre contestó: " ¿Que le ha pasado a mi mujer? ". El pobre mensajero, que creía estar escribiendo alguna linea en el libro de la historia, contestó azorado: "Nada Majestad. Quien ha muerto es Napoleón Bonaparte.". Como la relación "amorosa" entre rey y reina era evidente y conocida, no creo que nadie se sorprenda de la desilusión del pobre monarca.

Viene esto a cuento de los personajes que nos "gobiernan". Y no sólo de ese mamarracho golpista que hay en La Moncloa, si no también del pastelero de barbas que a lo que aspira es a sustituirlo en la poltrona sin arrugarse el traje, ni que los niños le babeen la corbata (lo tiene claro el tipo). En esta semana ha habido dos reuniones. En una varios ministro y subsecretarios de las áreas económicas han abandonado sus sacrificados lugares de vacaciones, y bajo la presidencia de Judas, han hechado un vistazo a lo que ya habían decidido aprobar para hacer como que trabajan para solucionar la crisis. No es que los menosprecie. Es que a esas reuniones se va con todo el pescado vendido y los papeles listos para la firma, porque los técnicos ya han hecho todo el trabajo. Lo peor es que todo lo que han aprobado se puede resumir en cuatro palabras: Demasiado poco, demasiado tarde. Las medidas que han salido de ahí o no se aprobarán del todo hasta el año que viene (lo del Impuesto de Patrimonio), o no depende de ellos (lo de los horarios comerciales es de las CC.AA), o nadie sabe muy bien para que sirve y si sirve de algo. Lo único cierto es que el tipo que está al frente del tinglado, Pedro Solbes, ha logrado en poco tiempo llevar a España al mismo nivel que cuando el estuvo antes (en el 95) y amenaza con no dejar ni el solar. Y que los que le acompañan han hecho... NADA en todo este tiempo agravandolo todo.

Pero eso no es lo peor. El de las barbas y su segunda ni siquiera se han dignado a dejar la playa o Cancún o dondequiera que estén, y ha dejado que sean los de tercera fila los que den la réplica. ¿Y éste pide que confiemos en él?. Amos anda.
Pero como decía al principio, toda gloria es pasajera. Y más si es falsa o inmerecida. Y estos dos tipos no serán una excepción. Sólo serán una nota a pie de página en la historia de España (esperemóslo)
Y mientras tanto el país avanza a pasos agigantados a septiembre

viernes, 15 de agosto de 2008

De tontos ni un pelo.

Desde siempre el hombre ha tenido la mala costumbre de implicar a los pobres animales en sus discusiones. Ha utilizado palomas, caballos, perros,... . En algunos aprovecha la fuerza del instinto, como en las palomas que lo que quieren es volver al nido. A otros los entrena. En estos últimos lo que hace es el típico premio cuando el animal "acierta",normalmente comida, lo que le estimula a hacer aquello que le ha proporcionado el premio. Así ha adiestrado perros, delfines incluso gallinas. A los delfines incluso los ha enseñado a matar y al parecer llegaron a ser utilizados, si es que todavía no lo son, tanto por americanos (en Cam Ranh Bay la principal base naval americana en Vietnam) y por los rusos. Sin embargo hubo un animal que demostró ser muy inteligente y no picó: la foca.
Durante la II Guerra Mundial la neutral, y armada hasta los dientes, Suecia veía con preocupación la amenaza tanto de rusos como de alemanes. De estos últimos temía sus submarinos, entre otras muchas cosas. Pensando como combatirlos a alguien se le ocurrió que como las focas alcanzan grandes profundidades y aparentemente son fáciles de adiestrar, se las podría usar para atacar los sumergibles. Dicho y hecho. Se decidió experimentar con los pobres bichos. Para empezar se decidió untar de proa a popa, uno de los submarinos de la armada sueca. Para las focas eso les debió de parecer el mas enloquecido de sus sueños hecho realidad: un pez de 800 toneladas al que se lanzaron con furia devoradora. Como lograron que sólo las "alumnas" fuesen a por él lo ignoro. El caso es que visto el éxito a la hora de que lo reconocieran se pasó a la siguiente fase. Y ahí empezaron los problemas. Para empezar a las focas les ataron un arnés con una mochila donde irían los explosivos. Los bichos, que ya irían con la mosca tras la oreja por tanta amabilidad, decidieron que aquello no podía ser bueno, y no había manera de que abandonaran el puerto donde las tenían en dirección al submarino blanco. Los suecos no se desanimaron. Las subieron a una lancha, las llevaron cerca del objetivo y sin mas ceremonia, las tiraron al agua... sólo para comprobar lo veloces que son nadando: llegaron antes que el barco a puerto, donde esperaron a sus instructores. Para rematarlo si el submarino no tenía la pasta dichosa, las focas no mostraban el menor interes por él. Así que visto que no había manera de que las focas actuaran como se quería de ellas (quien iba a decirlo, con lo tontas que parecen) y que alemanes y rusos se mataban con un entusiasmo digno de mejor causa y que presagiaba que los dejarían en paz, la marina sueca decidió que lo de las focas era mejor olvidarlo.
Así que cuando veaís a una focas en el circo jugando, no creaís que son unos bichos idiotas. Son más listas de lo que parecen. Mas incluso que nosostros.
Hasta la vista y a por ellos. Son pocos, cobardes, y además no tienen razón.

viernes, 8 de agosto de 2008

Naturistas, ecologistas,... ¿demócratas?

Unas de las memorias más interesantes de los personajes de la II Guerra Mundial son las de Albert Speer. Escribió dos libros: Memorias y Diario de Spandau. Con independencia de las autojustificaciones y autodisculpas que rezuman, ambos libros tienen el atractivo de poder ver lo que fue el círculo íntimo y de poder de la Alemania nazi. En el primero de ellos cuenta la siguiente anécdota sucedida sobre el año 35 ó 36. En aquellos momentos Speer era simplemente el arquitecto de Hitler y en muchas ocasiones comía en la cancillería lo que le permitía alternar con la nueva élite. No tardó en percatarse que Rudolf Hess, el número dos del régimen y al que no le funcionaba ya muy bien la cabeza, llegaba con su ayudante portando unos termos. Este desaparecía en dirección a las cocinas. Tanto lo hizo que al final el propio Hitler se dio cuenta e inquirió qué significaba eso. Hess le contestó que era su comida. Que la traía preparada porque era vegetariana y macrobiótica especial para él. Hitler -que era vegetariano, no fumaba, ni bebía- montó en cólera y le dijo entre gritos que si necesitaba comida especial se lo dijera a sus cocineros que eran muy competentes y sabrían hacerlo bien en función de las necesidades de Hess. Este intentó argumentar, pero al final tuvo que ceder. No volvió a aparecer por las comidas.

Lo curioso del asunto es que Hess no era ninguna excepción. Himmler también era vegetariano y defendía con vigor la vida natural y campesina. Rosemberg (ejecutado en Nuremberg por crímenes contra la humanidad) no paraba de alabar los pueblos campesinos y creía que ése era el futuro de los arios para conservar la pureza racial. Lo peor es que no fueron excepciones. También los soviéticos tenían una gran estima por la vida natural y campestre y Mao Tse Tung con su Gran Salto Adelante únicamente pretendió mantener a China como una gran nación campesina. Y el remate final ha sido lo de Radovan Karadzic como curandero naturista...

¿Por qué razón esta gente tenía, y tiene, tanta afición a lo natural? Quizá porque la gente en las ciudades era más dificil de controlar y como lo que más interesa es mantenerla controlada... . También la extraña manía de todos los fanáticos de remitir todos los bienes a una extraña arcadia feliz situada en los tiempos remotos y que hay que recuperar a toda costa. Incluso a través del exterminio de aquellos que estorban su consecución o no están de acuerdo. Exactamente lo que hicieron los Khemer Rojos en Camboya... siguiendo el guión del CFR americano al que pertenece Al Gore. ¿Querran hacer lo mismo a base de ecologismo en todo el mundo?. De momento a aquellos que no están de acuerdo con lo del cambio climático (que alguien me cuente cuál es el clima de la tierra... pues hay muchos y nunca ha sido constante) los silencian (ver la teoría sobre la Espiral del Silencio de la alemana Noelle Neumann). Mientras Al Gore se ha comprado un yate con el cuento del cambio climático.

Hasta la vista y a por ellos. Son pocos, cobardes y además no tienen razón.

lunes, 4 de agosto de 2008

¿Quién ha dicho que los españoles somos chapuzas?

Si hay algo que personalmente me revienta es la manía que tenemos los españoles en general de tirar piedras sobre nuestro propio tejado. No es que seamos la ostia en bicicleta, pero tampoco somos tan desastrosos. Y para muestra unos botones (que espero ir ampliando).
El mayor proyecto de producción de armas de la historia fue el Proyecto Manhattan. Implico a 130.000 personas y se gastaron unos veinte mil millones de dólares de hoy, construyéndose casi una docena de instalaciones todo en el más absoluto de los secretos. Los científicos estaban en su casi totalidad en los Álamos (Nuevo Méjico) un lugar a mitad de camino de ninguna parte. Todo muy seguro, todo muuuuuy secreto... salvo para los soviéticos que infiltraron a unos cuantos agentes en el interior del proyecto y estaban al tanto de todo. Tan al tanto que Stalin sabía que los americanos trabajaban en la bomba, la habían hecho estallar y el pobre Truman no le dijo nada nuevo en Potsdam. Pero ahí no acabaron las pifias. De hecho las hubo hasta en la prueba, pues antes de que se hiciera explosianar el ingenio hubo que hacer un auténtico rodeo para llevarse las vacas que había por la zona del polígono (como llegaron ahí era un auténtico misterio) pues tuvieron la ocurrencia de comerse los cables de los sistemas de detonación y medición. Eso sin contar que los científicos que trabajaban en el proyecto hacían apuestas sobre si la explosión arrasaría el planeta o "sólo" Nuevo Méjico.
Una vez que se sabía que la bomba podía explosionar había que lanzarla. Para ello hacía tiempo que había un escuadrón de la USAF entrenando. Trasladados a Tinián esperaron la orden. Una vez dada, y como el B-29 era un avión con unos motores un tanto temperamentales (vamos que fallaban en el momento más inoportuno con el consiguiente contacto con el santo suelo), se decidió que el primer bombazo fuese con el artefacto de Uranio, pues lo podían montar en el aire y una vez lejos de la base. Así lo hicieron. El resto todos lo sabemos.
Puesto que los japoneses, pese al bombazo, seguían considerando que eso de morir por el emperador pues no estaba tan mal, los americanos decidieron lanzar el segundo. Y ese fue de órdago. Todos en Tinian sabían que tipo de carga llevaba y lo que es mas, que esta vez era el de Plutonio y salía montado y "casi" listo. El jefe de la base quiso curarse en salud y cogió al jefe de los B-29 (que no era Tibbets, sino un almirante cuyo nombre no recuerdo) y le obligó a firmar un papelito descargándole de toda responsabilidad si aquello se estrellaba y petaba. El Almirante claro que firmó. Si sucediera aquello base, isla, papel, y todo lo demás se volatilizaría; así que que más daba.
Hecho esto el B-29 despegó con una lista de blancos entre ellos estaba Kokura que ya había estado a punto de recibir la visita de Tibbets el 6, y que los aviones de reconocimiento también indicaban que estaba despejada y lista para recibir el paquete. Hacia allí se encaminaron los americanos... para descubrir que la zona estaba cubierta por nubes. Como quiera que no había manera de que despejara, se fueron a por Nagasaki. Así que Kokura es la única ciudad del mundo que ha estado como blanco en dos ataques nucleares y se ha librado... que nadie juege a las cartas con un oriundo de ahí. En Nagasaki se encontraron con nubes y claros y como el piloto no tenía muchas gans de aterrizar con semejante carga decidió atacar por radar. En el último momento el bombardero dijo que tenía una linea de tiro clara y lo hicieron de forma visual ... para lanzar la bomba a más de 3.000 metros de donde querían. Así que decenas de miles de japoneses le deben la vida a la mala puntería de los yanquis (lástima que no cayera tras las montañas... a ver cómo lo explican luego).
Aún hay más pifias de aquellos que creemos que son la repera y son más patas que nosotros.
Hasta la vista y a por ellos. Son pocos, cobardes y además no tienen razón.

domingo, 3 de agosto de 2008

Tacito y Maquiavelo

Becket es una gran película. Cuenta las tortuosas relaciones entre Tomás Becket (encarnado por Richard Burton) y Enrique II de Inglaterra (encarnado por un gran Peter O' Toole que literalmente se merienda a Burton). Aparte del hecho de narrar los problemas de las relaciones Iglesia-Estado, y de como el poder temporal siempre ha querido hacerse con el espiritual para ser todavía más absoluto, omnipotente y tener todavía menos cortapisas a sus tropelías, hay en esa película una frase realmente memorable: "Se odia a quien se ofende". En realidad la frase pertenece al historiador romano Tácito y viene a decir que para insultar, humillar y vejar a alguien primero hay que odiarlo, y una vez que lo odias lo ofendes. No es necesario que te haya hecho nada. El problema surge cuando además, se le debe algo. Maquiavelo en ese aspecto lo completaba, pues decía que aquel a quien se le debe algo -sea dinero, honores, ...- es el primer candidato a ese odio.
Así pues si juntamos el hecho de que se le deba algo a alguien y además se le insulte, es evidente que entonces el odio que se sienta hacia esa persona, o colectivo, es visigodo. No es de extrañar entonces que nuestros "amigos" separatistas no paren de insultarnos al resto de los españoles. Nos deben mucho, por lo que nos odian y al odiarnos nos ofenden. Algún día lo lamentarán.
Hasta la vista y a por ellos. Son pocos, cobardes y además no tienen razón.

sábado, 2 de agosto de 2008

Der Sturmer

Julius Streicher era un nazi de segunda fila. Su única relevancia era el hecho de ser el director y editor del panfleto antisemita Der Sturmer. Sus feroces diatribas contra los judíos, sus chistes soeces y de mal gusto, casi se pueden considerar como fruto de los fantasmas internos del personaje. No obstante tuvieron una enorme importancia a la hora del pogrom de "La noche de los cristales rotos" y de las persecuciones posteriores. Seguramente se alegró de la detención y muerte de Gherlich. Sin embargo y pese a que desde 1940, y en la práctica incluso desde antes pues simplemente fue usado por la dirigencia nazi para sus objetivos, fue detenido en mayo del 45 y juzgado en Nuremberg siendo condenado a muerte por Crímenes contra la humanidad. No es que lo sienta, pero era un periodista y ejercía su derecho a la libertad de expresión. Lo peor no es lo que decía, lo peor eran los 480.000 ejemplares que tiraba el panfleto en cuestión. En cierto modo su ejecución fue una manera de calmar el gallinero y la conciencia de los alemanes. Pero también es didáctico en cuanto a que la libertad de expresión de los demás, incluso de los discrepantes, es un bien superior pues tarde o temprano si se la coartan a los demás quizá te la coarten a ti.

No creo que los que se han alegrado con la condena a Federico Jimenez Losantos lean esto, pero estas dos historias son muy aleccionadoras acerca del futuro. Como decía el viejo Tucídides, el futuro está escrito en el pasado.


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Interesante sobre la pamema del cambio climático:




Aunque no creo que sirva de mucho.


Hata la vista y a por ellos. Son pocos, cobardes y además no tienen razón.