miércoles, 30 de abril de 2008

Vivan las "Caenas" II

Pese a todo lo que se escribe, la Guerra de la Independencia tuvo tres episodios viles y rastreros a más no poder. El primero de ellos fue la deserción, cuando no traición, de las llamadas clases dirigentes, que se entregaron con alegría al servicio del enemigo francés. En el momento del levantamiento del 2 de Mayo, no sólo no apoyaron éste, sino que lo condenaron e incluso aplaudieron la represión llevada a cabo por el enemigo. Esta estupidez, esta abyección, sólo puede ser explicada porque estos presuntos dirigentes lo único que buscaban era colocarse para seguir manteniendo sus privilegios y prebendas y al pueblo que le den. Claro que luego, al verse desbordados por los acontecimientos, se pusieron al frente no fuesen a perderlos ante la marea que se les venía encima. Los que no fueron listos tuvieron que huir después con el rey José. La segunda, conectada con la primera, fue el espectáculo de traición y vileza que dieron en Bayona padre e hijo, Carlos IV y Fernando VII, compitiendo en hacer favores a Bonaparte y en intentar complacerlo, mientras el pueblo perdía la vida por ellos. Al final Fernando VII acabó en Valençay, donde se dedicó a jugar al billar, refocilarse con adolescentes y felicitar a Napoleón por sus victorias, mientras en España se luchaba y moría en su nombre. A este tipo, y esta es la tercera, fue al que luego se recibió en loor de multitud, por un pueblo tan ansioso de él que desenganchaba el tiro de su carruaje y se uncía a él al grito de “VIVAN LAS CADENAS”, cuando lo que tenían que haber hecho es ahorcarlo a él y a toda su familia. Nos habría ido mejor.
Pues bien, las cosas no han variado en doscientos años. Las clases dirigentes siguen a lo suyo, a mantenerse en el machito, importándoles una higa lo que pase con la nación, sin darse cuenta que son ellos los que necesitan a la Nación, no la Nación a ellos. Colaboran con los que quieren destruirla o lo que es peor miran para otro lado, siempre que sigan cobrando y no les molesten. Y en esto surgen Judas y su segunde hablando bien de los afrancesados y de que los que estaban equivocados el 2 de Mayo eran los madrileños por luchar por España. Si los americanos invadieran mañana España ¿con qué cara van a pedir que se luche contra ellos si ellos se declaran partidarios de otros invasores? Yen todo este lamentable espectáculo el rey ¿de todos los españoles? tomando partido descaradamente por uno de los bandos, casualmente el que puede mandarlo al paro, y despreciando al otro, que tarde o temprano se hartará. Y finalmente el pueblo… votando al chiki chiki, y diciendo que no cree a zETAp, que mintió en las elecciones, pero que volvería a votarle. Decididamente las cosas no han variado en doscientos años. ¡Que pena!.

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