miércoles, 22 de diciembre de 2010

Conspiraciones: Hitler no murió en Berlín (Porque lo digo yo)

Una de las cosas más divertidas es como algunos se afanan, contra toda lógica y sensatez, en sostener cosas inverosímiles y disparatadas (divertidas si sus neuras no te fastidian claro). Una de éstas cuestiones es la muerte de Hitler. Periódicamente surgen tipos con documentos "inéditos" y "muy secretos" que demuestran, sin ningún género de dudas, que Hitler logró salir del Berlín cercado por el Ejército Rojo y en ruinas, y morir plácidamente en su cama. El último de estos majaderos es Abel Basti.
El personaje sostiene que Hitler logró huir y, tras un viaje primero en avión y luego en submarino (no explica cómo un transporte, lento y pesado pudo eludir a la caza aliada dueña y señora del cielo alemán y lo del submarino lo soluciona diciendo que era un tipo XXI), vivió y murió en Argentina. Cualquier lector no avisado se lo traga, y más con un "docuemento" secreto que incluye, pero analizando la lista de sus acompañantes uno se percata que es más falsa que Judas. Aparece Herman Fegelein que fue fusilado por orden de Hitler por abandonar el bunker y por el ataque de rabia al conocer la traición de Himmler (su cuerpo debe estar en una fosa común cerca del bunker). También el General Hans Krebs, que fue el que intentó negociar la rendición de Berlín con los rusos tras el suicidio de Hitler y que se voló la cabeza más tarde. Aparece también el diplomático Walter Hewel que salió del bunker con el grupo del General Mohnke y se suicidó cuando fueron acorralados por el Ejército Rojo. En cuanto a Borman y al Dr. Stumpfegger, que también aparecen, sus cuerpos fueron encontrados en el lugar que indicó Arthur Axmann desde un principio, por unos obreros de la construcción en 1972. Los estudios forenses demostraron que correspondían a ellos y en 1999 la familia Bormann solicitó pruebas de ADN que confirmaron que el cuerpo encontrado era el de Martín Bormann.
Algunos incluso dicen que Hitler se largó con Hanna Reitsch en el Storch que ésta, con gran audacia, había llevado casi hasta la puerta del bunker. Nada más lejos. Llegaron ella y el General von Greim que fue nombrado jefe de lo que quedaba de Luftwaffe y abandonó Berlín para hacerse cargo junto con Reitsch.
En suma uno más que desea hacerse de oro con la credulidad de la gente.
Otro día hablaré de los tipo XXI.
Hasta otra.

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