jueves, 17 de marzo de 2011

Pánico Nuclear

El tremendo terremoto en Japón está mostrando al mundo la idiosincrasia japonesa. Un pueblo disciplinado y acostumbrado a obedecer, que piensa antes en el colectivo que en si mismo y que lo supedita todo a la armonía. Pese a la catástrofe no hay saqueos, no hay pánico y todo más o menos sigue igual, pero con escombros. Los que damos vergüenza ajena somos nosotros.
Resulta que una de sus centrales nucleares (tienen 55) ha sufrido un incidente. Las noticias son confusas y difusas... además de interesadas. La central aguantó un terremoto de grado nueve, cuando estaba preparada para uno de grado siete. De sus seis reactores, tres estaban en funcionamiento y se pararon de manera automática. Se empezaron a refrigerar gracias a los grupos electrógenos que poseía. Hasta ahí sin problemas, pero entonces vino algo para lo que no estaba preparada: un Tsunami que anegó los grupos, los paró y dejaron de refrigerar los reactores. Aún así no ha habido un Chernobil y lo más seguro es que no lo haya porque el núcleo está encerrado en una vasija de hormigón que no se ha abierto en ninguno de los tres ¿A santo de qué tanto revuelo entonces? Básicamente por dos razones.
Lo primero bastante espuria: la tecnología nipona compite con la europea a la hora de construir centrales así que, aunque la central no es de diseño japones y tiene más de 30 años a ver si cuela y vendemos nosotros y no ellos.
Lo segundo son los ecologetas, esos utopistas-luditas de nuevo cuño que quieren que todos vivamos en las cavernas. No importa si en realidad lo que dicen es mentira, nadie lo comprueba. No importa si la central ha aguantado algo para lo que no estaba prevista y luego ha pasado lo impensable. No importa si las nuevas centrales no necesitan bombas ni circuitos de refrigeración. Son malas porque lo dicen ellos. Y el que no lo quiera creer que reviente ¿Que la energía que les mola es como poco 30 veces más cara? Da igual. Casi todos son millonarios. Si la pagaran ellos y no el prójimo seguro que no dirían lo mismo. Y lo que es peor se callan como putas ante peligros más reales. Un ejemplo: Un barco metanero de 70.000 toneladas descargando en Barcelona no es un espectáculo inhabitual ¿Qué pasaría si Al Qaeda (Dios no lo quiera) atentara o simplemente sufriera un accidente? Una explosión de una potencia diez veces superior a Hiroshima y si es la regasificadora lo que vuela más o menos unas cien veces. Y nadie dice ni pío. Incomprensible ¿Verdad? O quizá no tanto.
Hasta otra.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Acabo de encontrarme con este blog por casualidad, y aunque veo que hace tiempo que se escribió esta entrada, me ha parecido muy interesante. Además, creo que el que escribe se expresa realmente bien.

Atentamente,

Galleta