sábado, 5 de marzo de 2011

A vueltas con las Utopías I

La verdad, pensaba escribir más sobre esa panda impresentables que tanto se preocupan por nuestra felicidad (todavía tiemblo cuando recuerdo a Miss Arrugas decir que seguiría trabajando por la felicidad de los españoles. No se moleste que ya procuraré yo buscarla por mi cuenta, la felicidad no a ella por supuesto), pero resulta que todos son de un aburrido colosal, homérico (como decía un personaje de la película "El hombre tranquilo") ¿Todos? Todos no. Los comunistas y nazis son curiosos en sus utopías, y muy parecidos. Seguramente hablaré de ellos en otros post. Sin embargo antes creo que se puede resumir los pensamientos de utópicos y utopías de una forma bastante concisa.
En primer lugar, todos atacan ferozmente al disidente. O bien los meten en manicomios o bien los pasaportan, y en muchos casos una cosa detrás de otra. Ninguno soporta la opinión contraria y en algún caso atacan a la familia del disidente, a la que obligarían a denunciarlo ¿Por qué? Quizá porque la fuente de todos derechos es la propia vida. Si suprimes ésta adiós derechos. Pero también porque de ésta forma se mantiene a la gente más atada: qué será de mi familia, qué será... .
En segundo lugar todos tienen una enorme inquina contra la propiedad privada. El por qué es fácil de comprender: alguien que tiene independencia económica no puede ser manipulado por el temor a que le falte algo. Aquellos que dependen de la benevolencia de "papa" estado o del autócrata de turno o del amo, jamás van a actuar de modo distinto a como éste diga.
En tercer lugar, y como consecuencia de lo anterior, todos atacan a aquel que es original. Machacan la individualidad y buscan que la persona se suma en la masa. El ideal es el hormiguero, la colmena, el pensamiento único.
En cuarto lugar todos atacan a la religión. Naturalmente unos tipos que se consideran a sí mismos como los nuevos creadores no van a tolerar que alguien les tosa, ni mucho menos que les diga que lo que hacen es no sólo inmoral, sino que no son los creadores. Que hay algo o alguien por encima de ellos es intolerable, así que hay que borrarlo.
En quinto lugar el ataque a la familia. Como célula inicial, como lugar donde los valores se imbuyen y donde se aprende la sociedad, es peligroso dejar la educación y la autoridad a los padres. Hay que destruir ambos, para que los nuevos valores no tengan problema en imponerse.
Finalmente, y esto sería para psicoanálisis, la mujer. Todos tienen una obsesión enfermiza en la igualdad entre hombres y mujeres, pero no en el sentido más normal. No señor. Todos acaban en el sexo y casi no salen de él. Casi parecen animalitos buscando ser los machos alfa. Freud se lo hubiera pasado pipa con ellos.

Otro día quizá me empiece a meter con el comunismo y nazismo. Son más parecidos de lo que parece en su búsqueda de la utopía... Y más divertidos.

Hasta otra.

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