miércoles, 8 de agosto de 2007

Conspiración (I)

El diccionario de la RAE dice sobre el término conspiración:

(Del lat. conspiratĭo, -ōnis).
1. f. Acción de conspirar (‖ unirse contra un superior).
2. f. Acción de conspirar (‖ unirse contra un particular).

Y de Conspirar:

(Del lat. conspirāre).
1. intr. Dicho de varias personas: Unirse contra su superior o soberano.
2. intr. Dicho de varias personas: Unirse contra un particular para hacerle daño.
3. intr. Dicho de dos o más cosas: Concurrir a un mismo fin.
4. tr. ant. Convocar, llamar alguien en su favor.

Se han escrito ríos de tinta y filmado películas y series sobre el tema (la más divertida la de Mel Gibson), y pese a que ha habido muchas conspiraciones históricas, siempre se ha visto a los que hablan y escriben sobre este tema con un halo de locura. La presencia de personajes ciertamente pintorescos, entre los que propagan teorías conspirativas y la actitud de cineastas y productores, que pintan a los investigadores como gente que ve alienígenas y pactos oscuros por todos lados, ha contribuido a esto; y a que las conspiraciones de verdad pasen desapercibidas y los que tratan de juntar las piezas de los puzles que permitan iluminar una realidad inquietante, sean tachado de locos.

Todo esto viene a colación de una serie de sucesos que han acontecido y acontecen en nuestra patria de un tiempo a esta parte.

El primero de ellos ese el “curioso” secuestro de una revista de humor que últimamente se caracterizaba por su baja venta. La razón un chiste en portada referido a una medida del gobierno que todo el mundo tacha de electoralista, pero para criticarla utilizada a los Príncipes de Asturias en posición un tanto comprometida. El secuestro es tanto más peculiar cuanto que esa publicación ha hecho chistes bastante más sangrantes y bestias respecto a todo y a todos. ¿por qué ahora si y antes no? Pese a que la Casa Real desmintió de inmediato su posible relación con el asunto, siempre habrá quien diga y propale de “buena fuente” lo contrario. Unamos a esto las recientes declaraciones de Felipe González sobre que él siempre la ha dicho al Rey que es republicano y no se lo toma a mal, y también unamos las declaraciones sobre el republicanismo del propio monarca, hechas por destacados socialistas o aliados suyos. También la presencia de un notorio ex militante de extrema izquierda (y republicano) al frente de la Casa del Rey. Todo esto pinta un paisaje en verdad curioso. Casi como si alguien quisiera hacer de la República algo simpático. Para ello además se publican anécdotas o noticias sangrantes sobre la monarquía, se permiten opiniones insultantes de políticos destacados (Iñaki Anasagasti) y anuncios hablando de “bienvenidos a la República de… una familia feliz”. Sospechoso cuando menos. ¿Se intenta generar una corriente favorable a la República en una sociedad apática?, pues es para pensarlo.

En segundo lugar tenemos el caos en Cataluña este fin de semana. Retenciones en las carreteras, trenes de cercanías parando a mitad de camino de ninguna parte y con los viajeros teniendo que dirigirse a pie sus destinos, aeropuerto con equipajes perdidos y colas de pasajeros a punto de sublevarse en un espectáculo digno de “Aterriza como puedas”, apagones y un caos administrativo digno del Congo… . En realidad todo ello es achacable a que las autonomías sólo benefician a unas oligarquías locales que obtienen así mayor poder económico y social, controlando el poder político local al que siempre es más fácil de llegar que si fuese a través de un poder nacional. El más puro caciquismo del siglo XIX en pleno XXI. Puesto que al parecer las autonomías se les han quedado cortas, quizá anden buscando la independencia. Qué mejor entonces que provocar el caos y acusar de él a la perniciosa influencia de España o sea de Madrid, para luego aprovechando una sociedad apática, desmovilizada y desmotivada, como se ve votación tras votación, y que lo más seguro sea contraria a sus intereses, pues esas oligarquías son de la “tierra” y la población en su gran mayoría es inmigrante, lograr la independencia en unas elecciones o referéndum amañados. No hay que olvidar que el actual estatuto sólo ha sido apoyado por 1 de cada 4 catalanes, Montilla gobierna con el 15% de apoyo y Hereu (alcalde de Barcelona) apenas con el 14%.

¿Imaginaciones? Tal vez… , ¿casualidades? Quizá. Pero en el primer supuesto son noticias y hechos y en el segundo, no creo en las casualidades. Sólo el tiempo dirá y nos mostrará la realidad. Si es que se puede investigar y escribir y no estamos en un mundo tipo 1984.

Hasta la vista y a por ellos. Son pocos, cobardes y además no tienen razón.

No hay comentarios: