Ayer falleció el futbolista Antonio Puerta, tras tres días de agonía y cinco paradas cardíacas el sábado. De hecho ya estaba muerto aunque todavía no "oficialmente". No es el primer futbolista que muere en el campo, y no será el último. La diferencia es que es un jugador de élite y que era televisado, sino probablemente nadie se habría enterado. No soy cruel ni cínico, pero en divisiones inferiores muchos jugadores han muerto y en el mejor de los casos sólo han merecido un rinconcito en la sección de deportes del diario regional de turno.
Seguramente Antonio Puerta estaba avisado por su médico, conocía las consecuencias de seguir, pero prefirió jugarsela pensando, quizá, que eso a él no le podía suceder y que quién era el médico par decirle nada e impedirle ganar mucho dinero. Ahora está muerto. A diferencia de Juan Señor que con el mismo problema se retiró. A diferencia de otros muchos que no tendrán los medios que él tenía y desconecen su problema y corren peligro sin saberlo y cuando les toque no saldrán en los periódicos ni su mujer despertará tanta pena.
Antonio Puerta tomó una decisión, es responsabilidad suya única y exclusivamente. Aunque esté mal decirlo no creo que se le deba dar tanto bombo. Él se lo buscó, pero como dice la sabiduría popular "tanto tienes, tanto vales".
Hasta la vista y a por ellos. Son pocos cobardes y además no tienen razón.
P.D: Algo escribiré sobre sabiduría popular.
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