sábado, 2 de agosto de 2008

Der Sturmer

Julius Streicher era un nazi de segunda fila. Su única relevancia era el hecho de ser el director y editor del panfleto antisemita Der Sturmer. Sus feroces diatribas contra los judíos, sus chistes soeces y de mal gusto, casi se pueden considerar como fruto de los fantasmas internos del personaje. No obstante tuvieron una enorme importancia a la hora del pogrom de "La noche de los cristales rotos" y de las persecuciones posteriores. Seguramente se alegró de la detención y muerte de Gherlich. Sin embargo y pese a que desde 1940, y en la práctica incluso desde antes pues simplemente fue usado por la dirigencia nazi para sus objetivos, fue detenido en mayo del 45 y juzgado en Nuremberg siendo condenado a muerte por Crímenes contra la humanidad. No es que lo sienta, pero era un periodista y ejercía su derecho a la libertad de expresión. Lo peor no es lo que decía, lo peor eran los 480.000 ejemplares que tiraba el panfleto en cuestión. En cierto modo su ejecución fue una manera de calmar el gallinero y la conciencia de los alemanes. Pero también es didáctico en cuanto a que la libertad de expresión de los demás, incluso de los discrepantes, es un bien superior pues tarde o temprano si se la coartan a los demás quizá te la coarten a ti.

No creo que los que se han alegrado con la condena a Federico Jimenez Losantos lean esto, pero estas dos historias son muy aleccionadoras acerca del futuro. Como decía el viejo Tucídides, el futuro está escrito en el pasado.


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Interesante sobre la pamema del cambio climático:




Aunque no creo que sirva de mucho.


Hata la vista y a por ellos. Son pocos, cobardes y además no tienen razón.

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