lunes, 6 de octubre de 2008

Roma no paga traidores

Esta frase es muy popular. Muy pocos sabrán cual es su origen. La frase la pronunció el General romano Quinto Servilio Cepio a los asesinos de Viriato. Pero hay traidores más reciente que no han visto premiada su vileza. Uno de ellos fue Luis Felipe de Orleans, segundo Duque de Orleans y padre del futuro rey de Francia Luis Felipe I. Traicionó a su primo Luis XVI votando por su muerte en la Convención y adoptó el apellido Igualdad. Una vez que dejó de ser útil a los revolucionarios lo guillotinaron. Otro fue Konrad Henlein (en la foto), fue el lider de los alemanes de los Sudetes. Esta región perteneciente a Checoslovaquia era de mayoría étnica y linguistica alemana y Henlein organizó un pequeño partido regionalista que apoyó a los nazis y traicionó a su país, favoreciendo la anexión de los Sudetes por Hitler. Luego pasó sin pena ni gloria por cargos de segunda fila, pues ya no era necesario para los planes nacionalistas alemanes, que por supuesto ni por asomo querían regionalismos en el Gran Reich. Se suicidó en un campo de internamiento americano en Mayo de 1945 y fue enterrado en una tumba sin nombre en Pilsen.
He traido estos tres ejemplos como ilustración de cómo hay gente que por un extraño odio o sentido de ambición son capaces de ir contra sus intereses e incluso contra su patria y su terruño. Mas o menos como la veintena de "independentistas" aragoneses que intentaron reventar la izada de la bandera española en la Plaza Aragón ayer. Portaban banderas aragonesas ESTELADAS, sin darse cuenta que esa bandera no es la de Aragón, sino una de las versiones que usan los separatistas catalanes. En realidad ellos, sin darse cuenta, a quien sirven es a los intereses del imperialismo catalán, no a los de Aragón. Naturalmente sus amos, si que saben a que amo sirven, y por supuesto procuran molestarlo lo menos posible (verdad Marçelí) ¿A santo de qué quieren poner si no una ley que dice que el CATALÁN es lengua propia de Aragón cuando no se ha hablado jamás aquí?. La cosa es clara, otra cosa es no querer verla u odiar tanto a España, tu propio país, que con tal de verlo destruido, destruyes tu propia casa.
Otro día más.
A por ellos. Son pocos, cobardes y además no tienen razón.

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