martes, 25 de noviembre de 2008

Populismo y el "nuevo" capitalismo. Y el precio de una foto

Uno de los mayores engaños que últimamente están circulando por ahí es que el liberalismo y el capitalismo son los culpables de todo lo que está pasando. Los izquierdistas y neocomunistas están que no cogen en sí de gozo. Dicen que lo que acontece hoy, es al neoliberalismo y al capitalismo lo que la caida del muro de Berlín a su amada URSS. ¿Lo es? Desde luego lo parece. Todos los medios de comunicación no paran de anunciarlo y éstos están más que dispuestos a enterrarlo. Otra cosa es que lo que ellos propongan sea la solución. En realidad lo que ellos, apuntan hace tiempo que ya está inventado, y no genera riqueza. Me explico.
¿En qué se basa el capitalismo? En el premio. Premio al que se juega su hacienda, su dinero, en un terreno de juego donde el árbitro, el Estado, es neutral. Sólo el talento, la capacidad de adaptacion y la fortuna juegan. La ley protege a los jugadores y los limita. Cuando interviene el árbitro, ora favoreciendo a éste ora al otro, no es capitalismo: es mafia, corrupción. El capitalismo no puede existir si no hay ley. ¿Cómo va a invertir la gente tiempo y dinero en mejorar, si el resultado para nada depende de sus capacidades y talentos? Así a lo que vamos es camino de Méjico o de Argentina con suerte. Con la lógica... camino de algo peor.
El liberalismo no es la raíz de los problemas. Es la solución. La raíz de la crisis es la avaricia, la faz de hormigón armado de muchos ejecutivos. Hay que poner coto a muchas de las operaciones que se estaban dando últimamente. No es lógico, ni liberal que un tipo o una empresa puedan comprar algo sin tener un duro, o ganar dinero apostando a una cotización. Eso es una corrupción del mercado, un falseamiento del mismo. Y sin mercado transparente, no hay capitalismo. Tampoco es de recibo que personajes de incompetencia contrastada o avaricia desmesurada, cobren indemnizaciones millonarias por sus más que justificados despidos tras haber arruinado las empresas donde trabajaban. Eso no es liberalismo. Pero si es liberalismo que los accionistas e inversores de esas empresas paguen la ruina, porque ¿dónde estaban cuando se firmaron esos contratos? ¿no los miraron? ¿por qué los toleraron?.
Sin embargo poca esperanza hay de momento. El presidente electo de los Estados Unidos, Hussein Obama ya ha anunciado un nuevo "New Deal" al estilo de Roosevelt. Los progres, socialdemócratas y keynesianos todos lo han saludado con alaridos de felicidad. El único problema es que Roosevelt, con sus medidas tan alabadas, hundió a su país (y al mundo) en una recesión de la que sólo salió tras una guerra mundial.
Esperemos que las cosas no sigan los mismos derroteros.
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Ahora parece que Lukoil no se va a quedar con Repsol. No señor va a ser la empresa francesa TOTAL. Ya se sabe lo que dijo el circunflejo a bonapartito: Te daré todo lo que me pidas. Y en efecto se lo va a dar. ¿Para cuando el tributo de las cien doncellas?.

Otro día más.

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