sábado, 1 de noviembre de 2008

Populismo


Aristóteles a la hora de hablar de las formas de gobierno hablaba de la demagogia como preludio a la tiranía. El halago y las concesiones a la plebe y los instintos más primarios de la gente llevan directos a la oclocracia, es decir el gobierno de las muchedumbres. No hay que confundir muchedumbre con pueblo. Las muchedumbres tienen una voluntad viciada y que se mueven exactamente igual que una manada. En cierto modo es el despotismo en tropel, no un gobierno legítimo o una voluntad política definida.

Hoy por hoy esto se condensa en el populismo. Guste o no se trata de la aplicación de la demagogia a un moderno sistema democrático. El populista busca el voto para lograr el poder y mantenerse en él a cualquier precio. Lo mejor en este caso es decir justo lo que la audiencia quiere oir (halago) o bien decir que por supuesto que tienen muchos derechos (concesiones) y además decir que el prójimo es el culpable de todo y hay "otro" que es el mal absoluto (excitar los instintos primarios). ¿Que no sucede ésto? pues claro que sucede: en Argentina los Kichner no han tenido mejor ocurrencia que decir que las pensiones privadas van a ser privatizadas. La gente aplaude mientras se cargan los ahorros del prójimo que ha trabajado. Lo hacen no para defender a los pobres, sino únicamente para pagarse su reelección pues han dejado limpias de polvo y paja las cajas públicas. Por supuesto no quieren controles para hacer lo que les de la gana. Es posible que ahora la gente que les aplaude tengan un tiempo de felicidad. Pero luego cuando la fría realidad llegue ¿qué haran? ¿cómo los controlarán?. La siguiente fase es la tiranía.

Otro día más.

No hay comentarios: