martes, 9 de septiembre de 2008

Actores y Patriotismo. Historia de un General.

Hace tiempo escuche una narración que si no es cierta está bien elaborada. Al parecer había en Madrid un hotel que tenía a gala no admitir a gente de la farándula. En una ocasión, a principios de los años 60, entraron dos caballeros. El más joven pidió dos habitaciones que habían sido reservadas a su nombre. El conserje, bastante apurado pues había reconocido al más maduro, llamó al director. Cuando este salió, simplemente le indicó al hombre que en el hotel no admitían actores. El caballero se lo comunicó a su acompañante, que tras mirar de hito en hito al director, le dijo algo en inglés. "¿Dónde está el servicio de caballeros por favor?" interrogaron al conserje. Este lo indicó y ambos se dirigieron hacia ellos. El caballero más maduro entro con una maleta, y el más joven esperó fuera. Al poco, y para sorpresa del director, salió del baño un General de la USAF y acompañado del más joven se acercaron nuevamente a recepción. Esta vez el tono de voz no admitía réplica: "Por favor, las habitaciones del General James Stewart y su ayudante". Les dieron las llaves sin chistar.


Como ya he dicho desconozco si la historia es cierta, pero dice algo que parece haberse olvidado. En muchas ocasiones la verdadera solidaridad no es aflojar la chequera o participar en galas benéficas que suelen embolsar más dinero todavía a los que participan en ellas, sin dejar un euro para aquellos a los que en teoría van dirigidas. Hay veces que la verdadera solidaridad es jugarse el pellejo por los demás. Incluso por aquellos que no lo desean. Así lo entendieron muchos actores que se alistaron en las Fuerzas Armadas de su país durante la II Guerra Mundial o participaron en la medida de sus posibilidades. Uno de éstos fue James Maitland Stewart, uno de los "buenos" eternos del cine americano.

Se unió a la Aviación del Ejército de los Estados Unidos (precedente de la USAF) en marzo de 1941, tras lograr las horas de vuelo requeridas en su propio avión, pues era demasiado mayor para ingresar como cadete y sólo lo podía hacer acreditando ser un experto. Incluso tuvo que engordar para pasar el examen médico. Al empezar la guerra, luchó para ser enviado a ultramar y participar en ella. Finalmente lo logró y fue enviado a Tibenham, Inglaterra, en Noviembre del 43 al mando del 703º Escuadrón del 445º Grupo de Bombarderos. El 22 de marzo del 44 dirigió el ataque de 1.000 bombarderos sobre Berlín. Tras dirigir su Escuadrón, fue nombrado Jefe de Operaciones del 453 Grupo de Bombarderos y luego su Jefe. En Julio de 1944 fue ascendido a Coronel efectivo y nombrado Jefe de Estado Mayor de la 2ª Ala de Bombarderos y su Jefe en la primavera del 45.

Realizó 20 misiones de combate sobre Alemania, incluyendo el peligrosisimo Schweinfurt y, pese a su extraordinario palmarés que le auguraba una brillante carrera militar, pidió el pase a la reserva. Gran estudioso de táctica y doctrina, entusiasta de las técnicas de bombardeo de precisión, continuó su carrera en la Reserva de la USAF. Realizó los cursos necesarios para pilotar los B-36, B-47 y B-52. No así el del B-58. Cuentan que tras el segundo vuelo bajó del avión hecho una furia y gritando: "Esto no es un avión, es un maldito misil". En el año 1959 fue ascendido a General de Brigada. Cumplió escrupulosamente los periodos de servicio activo que le correspondían y el último de ellos fue en el año 1966. En este periodo realizó su última misión de combate pilotando un B-52F sobre Vietnam, poco antes su yerno, el Teniente Ronald Mckean, había muerto en combate.

Siempre apoyó al Partido Republicano. Falleció en 1997 y el Presidente Bill Clinton, un demócrata, dijo de él: "Estados Unidos perdió un tesoro nacional hoy día, Jimmy Stewart fue un gran actor, un caballero y un patriota." ¿Se puede decir lo mismo de los actores de hoy día?.

Hasta la vista y a por ellos. Son pocos, cobardes y además no tienen razón.

No hay comentarios: