martes, 30 de septiembre de 2008

Borracho

Uno de mis diálogos favoritos es el que, en la película Casablanca, sostienen Rick (Humprey Bogart) y el Mayor Strasser (Conrad Veidt). En él Strasser le pregunta por su nacionalidad y Rick contesta "Borracho". Desde luego no hay mejor manera de contestar a una pregunta impertinente o mal formulada. También, como era el caso, es la mejor contestación cuando no se es clasificable. Este es mi caso.

Políticamente hablando los liberales somos los borrachos de las ideas. Es muy complicado explicar a la gente que es responsable de sus propios actos y de las decisiones que toma. Es también complicado, y más ahora, decir que el mercado debe ser el juez supremo a la hora de repartir los recursos, premios y castigos. Los liberales somos partidarios de tres cosas: libertad, igualdad y... propiedad. Lo de la fraternidad es una milonga masónica y, visto que los que dijeron eso acabaron guillotinándose mutuamente, no entiendo porque ha tenido tanto predicamento.

Vayamos por partes. Libertad. Si, libertad de pensamiento y expresión para poder criticar al poder cuando este comete tropelías o se comporta de manera tiránica. Libertad para poder exponer las ideas propias y que los demás puedan exponer las suyas, sin que te peguen un tiro en la cabeza, quemen tu negocio o una panda de animales canten loas a una banda terrorista. Libertad para poder contratar con quien yo quiera, sin más límites que la legalidad o lo que sea moralmente correcto y no impuesto por el poder.
Igualdad. Igualdad ante la ley, saber que el poder judicial es independiente tanto del ejecutivo como del legislativo y no que el ejecutivo, elegido por el legislativo, elija a los jueces que luego los puedan emplumar y que ademas las carreras de los demás jueces dependan de esos que han sido elegidos por lo políticos de turno. Igualdad de oportunidades, pero desde un principio, que sea el mérito y la capacidad la medida de las personas gracias a un sistema educativo público selectivo que prime las capacidades de los alumnos más brillantes y que aquellos que no sean tanto, puedan obtener titulaciones adecuadas que le faciliten una inserción profesional. Y a ambos títulos que valgan para algo más que empapelar la pared.
Propiedad. Si, pues es la que da independencia respecto el poder, pues una sociedad subvencionada o que viva del subsidio está lista para la tiranía.
¿Una quimera? Es posible, pero con esta quimera, o algo parecido, se construyó Occidente. No con la explotación de colonias.
Otro día más.
A por ellos. Son pocos, cobardes y además no tienen razón.

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